Dios es Bueno

Luz en la Oscuridad.

Amenudo me pregunto por qué ante tantos problemas que solemos tener,perdemos el equilibrio y muy pronto también la paciencia, impidiendoasí encontrar aquello que se buscaba.

Otras veces embarramos aún más el vastocampo. Hay problemas que requieren atención y reflexión. Y nada de estoaportamos cuando más se necesita. Creamos así, de este modo,innumerables barreras difíciles de traspasar y -como en el casoanterior- dificultamos también el andar hacia puertos más seguros.

¿Qué hacer en situaciones semejantes? Noes tan fácil responder, pues no se trata de dar soluciones al vuelo nide ofrecer recetas baratas; peor aún cuando todo se quiere hacer conafán y rapidez.

¿Estará la respuesta quizás en unequilibrio estable entre las dos posiciones? No lo podría afirmar. Locierto es que existen problemas que no admiten dilación.

Yo por ejemplo pregunto: ¿Qué hacercuando un nubarrón siniestro oscurece mi diáfano y claro horizonte?¿Qué partido tomar cuando tengo el corazón partido? ¿Puedo saltar elfoso profundo cuando no sé lo que hay detrás? Si al amigo a quien yoquiero está en tristísima instancia, ¿qué palabra susurrarle paracalmarle la pena? Y si yo mismo me arrastro entre pesadas cadenas,¿cómo podré yo "zafar" (*) y gozar de libertad?

Hay -sin duda- en la vida de todacriatura humana, momentos que nos abruman y también que nos superan. Aveces son tan obsesivos y sumamente porfiados que ya no se quierevivir, tan sólo se piensa en morir. ¿Qué hacer ante tan difícilestrances? ¿Dónde encontrar la respuesta más adecuada?

Aún así y en medio de tanta negrura,nunca deben bajarse los brazos. Y es justamente aquí, en estos arduos ybravos momentos, cuando más se necesita la calma y paz interior.

El trabajo en armonía entre Mente y Corazón será quien mejor la produzca y la sepa conservar.

Somos criaturas de un Dios que nada dejóal azar. Por eso es que, en cada una, supo muy bien colocar lasherramientas precisas para cualquier solución.

Si estamos bien convencidos de que entrenosotros Él está haciéndonos compañía, no habrá problema en el mundo,por grande y grave que sea que no se pueda arreglar. Sólo nos pide laFe, pero Fe a toda prueba. Ni siquiera le interesa el tamaño de lamisma. Se contenta con que sea como un grano de mostaza.

Si para un amigo en la Tierra, serle fiel es un deber, ¿qué podrá ser para nosotros serle fiel a un tal Señor?

Nada será imposible si confiamos en Él. Yaunque arrecien las tormentas y crujan los huracanes y soplen losvendavales, nada debemos temer. Siempre será posible enarbolar laesperanza y ver cómo una luz se enciende en medio de la oscuridad.